jueves, 17 de marzo de 2011

(30ª Entrada http://blogkaconhielo.blogspot.com/) El corazón de un peso pesado.

La increíble historia de George Foreman. El tesón de un luchador.

¿En qué consiste el valor? ¿Qué caracteriza a un héroe, a un luchador?
No le tengo especial aprecio al boxeo ni a la religión, pero esta es una insólita historia digna de ser contada.

George Foreman nació el 10 de enero de 1949, en Marshall (Texas). A los 19 años ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1968. Al año siguiente debuta como profesional, gana los 13 combates que realiza, 11 de ellos por K.O. Además, con el record de haber derribado a Cookie Wallace en 23 segundos.
En 1970 sigue con la racha imparable y vence en 12 ocasiones, 11 por KO. Al año siguiente gana sus siete combates y se convierte en aspirante al título.

El 22 de enero de 1973 consigue el título frente a Joe Frazier, con una facilidad asombrosa.
Defiende el título en dos ocasiones, en una de ellas, se deshizo de José King Román en 55 segundos, el KO más rápido de la historia entre aspirante y campeón.

George Foreman no caía muy simpático en ese momento, pero estaba en su punto culminante, y la prensa lo reconocía como uno de los mayores púgiles de todos los tiempos. Pero no todo dura para siempre, llegó el combate definitivo.

El 30 de octubre de 1974, se enfrentó Muhammad Alí, un aspirante de 32 años (que luego sería para muchos el mejor boxeador de todos los tiempos) frente al imbatido campeón. Un combate que se considera de los mejores de la historia.

Los expertos daban la victoria a George Foreman, pero el carisma de Alí se había ganado al público de Kinshasa (Congo), donde se celebraba el combate.
Alí bailó frente frente a Foreman, pero Foreman le aplicó un golpe tras otro con un castigo físico tremendo. Alí se iba a las cuerdas, aguantando como podía, burlándose de Foreman para que este perdiera los nervios. Pero al final, Muhammad Alí ganó.

Este es el combate:





Amargado por la derrota, tardó dos años en volver al ring, y perdió los encuentros que disputó.
En 1977, deja el boxeo, se ordena reverendo y abre una Iglesia en Texas.

Pasan los años, y necesita dinero para mantener la Iglesia, por lo que no duda en volver a los cuadriláteros, 10 años después, con 38 años.
(Perdonadme el chiste pero: Se lió a hostias para pagarse las otras hostias, la cuestión es repartir xD)

Gana su primera victoria pero se duda mucho de él. Al año siguiente, con nueve victorias seguidas, vuelve a parecer imparable, ha recuperado la forma, a pesar de que es mucho más lento que antes.
Fracasa en dos ocasiones al intentar obtener el título, pero se gana el respeto y el cariño del público por su coraje.

El 5 de noviembre de 1994, se enfrenta en Las Vegas con Michael Moorer, el campeón.
Durante nueve asalto Moorer se mueve rápido y golpea con facilidad al lento Foreman.
Pero en el décimo asalto, un derechazo de Foreman envía a Moorer a la lona, el aspirante de 45 años había vencido al campeón de 27 años. Foreman volvía a ser el campeón, entre los aplausos del público, se fue a una esquina del cuadrilátero, se arrodilló, y se puso a rezar.
Había batido dos marcas: el luchador más veterano en conseguir el título (45 años), y el que más había tardado en perder el título y volver a recuperarlo (20 años).


Aquí el décimo asalto, para que veáis como Foreman, de rojo, recibe y aguanta un montón de golpes.



y aquí los golpes finales vistos mucho mejor, y cuando se arrodilla victorioso:





Un ejemplo de arrojo y superación.

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