miércoles, 16 de marzo de 2011

(25ª Entrada http://blogkaconhielo.blogspot.com/) En defensa de la locura. Cuestión de prioridades.

Piensa, y ¿en qué piensas? ¿Mujeres, alcohol, filosofía o una serie de telvisión? ¿Quieres besar unos labios, coger una flor, o esparcirte los sesos por el salón con un tiro de pistola?
No hay orden en las cabezas. La razón se va de copas y tu te quedas de resaca con la locura, o te vas de copas con la locura, y al día siguiente tienes resaca con razón.

Amor, mujeres, ... ¿Qué sabemos de la vida? Cogemos una flor y nos parece oler la primavera. Olamos pues, pero no sintamos que tenemos puta idea de nada, porque no es cierto, no se puede. El amor siempre te sorprende, la belleza siempre te sorprende. Negros, blancos, con hombros o sin ellos, rubias, morenas, gente normal o psicótica ¿acaso importa? Importa la vida misma, y el acto de vivirla. Al final todos tenemos el corazón en el mismo sitio.

Desde que el mundo es mundo, desde ese momento en que Chuck Norris le dio una patada giratoria a la Nada y le dijo ¡espabila!, y se creó el mundo, desde entonces ha habido mujeres indiferentes y hombres estúpidos, demasiado idiotas o cobardes para dar un paso, ¿qué paso? Un paso entre el abismo y el paraíso, casi nada. ¿Mujeres indiferentes? ¿Sabe la música que se la escucha? No nos creamos entonces que la mujer va a saber siempre el efecto idiotizante y excitante que tiene en estos seres primarios, sublimes, estúpidos y magníficos que somos los hombres, (con los nuevos tiempos, aplíquese esta idea a las distintas variantes sexuales).
Además, la belleza es total, la belleza es subjetiva. Toda persona es una persona (¿no jodas?), ¡qué obvio! Sin embargo se nos olvida, una persona es una persona, con sentimientos, vivencias, aventuras y desventuras. ¿Podemos afirmar, que en toda esa dimensión que desconocemos de otra persona no hay nada bello? No, no podemos. Por eso hay emociones estúpidas, si no podemos saber que hay de bueno en esa persona y suponemos que algo hay, debemos descartar los celos, la venganza, el rencor y la envidia. Amaos lo unos a los otros o los unos "sobre" los otros, la forma me da igual, lo que importa es el fondo.

¿En qué mas piensas? Fiestas y alcohol, ¡joder, disfrutalas! Pero que no sea el motor de tu existencia, que te muevan la sangre y las lágrimas, no el alcohol, que el calor del alcohol es falso, su alegría espejismo, y la realidad se impone a las válvulas de escape.
¿En qué más piensas? En política, en un mundo mejor, ¿la mente por los cielos? No, la mente en el suelo, que quiere evitar que siga lleno de mierda. Pero tranquilos, ¡no es mierda! ¡Es abono! La crisis no es crisis, es una reconversión industrial. Los muertos no son muertos, son bajas, daños colaterales. Las guerras son "conflictos armados". Y los miles de muertos de hambre son "afectados por desnutrición". El lenguaje es perverso, el lenguaje nos salva. Somos periodistas, pues construyamos algo bueno y firme con el lenguaje. No nos aliemos con los alfareros que moldean el barro del lenguaje pervertido, convertido en mentira y miseria. Llamemos a las cosas por su nombre, y veamos el vídeo de esa canción de Violadores que se grabó en mi instituto (era el único lo suficientemente cutre para el ambiente rapero).
Pero me voy por la tangente, esa tangente debe ser sinónimo de todas las relaciones humanas, "ángulo entre dos catetos".
Hay esperanza, hay armas, las esperanza es un arma, la más poderosa. Vivamos, luchemos.
El cómo y el por qué son tan solo: cuestión de prioridades.

No podría haber escrito esto sin Jacobo y a Jesús, gracias por hacernos ver que la locura es la normalidad, y la normalidad la excepción. Qué todos nos rayamos, amamos, pensamos, hacemos el gilipollas, y somos capaces de hacer las más grandes cosas, y las más estúpidas.
Agradecimientos también para Woody Allen, al que le he robado la frase "amaos los unos sobre los otros".

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