miércoles, 16 de marzo de 2011

(11ª Entrada http://blogkaconhielo.blogspot.com/) El autobús simbólico.

Un cóctel para blogka con hielo, directo de mi cabeza. Un cóctel de Kafka, Marx y una experiencia muy cotidiana. Una parábola.


Ayer, como cada día, me levanté y, un poco dormido, me subí a un autobús para ir hacia mi destino.
Era un bus grande con un montón de gente. La gente era de edades diferentes, de sexos diferentes, de razas diferentes, de religiones diferentes. Lo único que nos asemejaba era que éramos personas que íbamos en el autobús. Cada persona hacía una cosa: uno leía, otro miraba al infinito, aquel hacía sudokus y el de más allá trabajaba en su portátil.
El autobús seguía un itinerario que no elegíamos nosotros, sino que lo habían elegido personas de más arriba, personas que no tenían que ir en autobús. Era un itinerario cíclico y repetitivo, siempre el mismo, siempre repitiéndose, solo con pequeños cambios por obras o reparaciones. Pero nosotros no éramos conscientes de ese comportamiento cíclico porque hacíamos un tramo concreto, no veíamos la repetición, simplemente nos llevaba a otra parada, cerca de donde queríamos ir.

Nosotros, los pasajeros, solo podíamos elegir una cosa: cuando bajarnos del bus. Cada uno se bajaba cuando quiere, si todos se bajasen a la vez el autobús no serviría.

En el bus estábamos hacinados, el aire era pesado y tenía menos oxígeno. Lo único a lo que podías aspirar en el bus era a estar sentado en vez de permanecer de pie, pero no podías aspirar a otro transporte desde dentro. La única salida era bajarse del bus.

Este autobús es el capitalismo. Vuelve a mirar el texto y lo verás claro.

Nosotros somos los pasajeros, luchando entre nosotros por un asiento. Pero no controlamos el sistema y la dirección, los de arriba se ríen de nosotros porque no padecen nuestras miserias. Solo somos conscientes de ese pequeño tramo que recorremos, tenemos que abrir nuestra mente para ver el ciclo.
El autobús solo se desvía por pequeñas obras, obras que nos cuestan un retraso, "reparaciones" del sistema que se traducen en despidos, bajada de salarios, ataques a las pensiones, recorte de derechos, etc.
Si salimos todos del bus a la vez, el bus pierde su sentido, pero si cada uno va saliendo individualmente a su hora, no es una salida consciente y planeada (como la conjunta) sino que sales porque has llegado a tu parada final, tu parada es la muerte.
Recordemos que hay gente que va andando, y gente que va en bicicleta, recordemos, en definitiva, que otro mundo es posible.

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