jueves, 31 de octubre de 2013

Hueca y nueva soledad.


Dolor crujiente de otoño,
como hojas caídas, pisadas.
Abismado de tu rostro
por distancia derramada.

Sobrevivo entre cenizas,
quebrados futuro y llama.
Un naufragio sin orilla,
labios besan telarañas.

Entre restos del naufragio,
¿quién me busca, quién me extraña?
No me queda más que vacío
debajo de la coraza.

lunes, 21 de octubre de 2013

La Herida.


Una bala me atravesó el pecho.
No dolía ni sangraba, pero allí se quedó.
Cuando me sacaron la bala, entendí.

Me dí cuenta de algo que
en mi interior ya sabía.
No es tu recuerdo lo que me duele,
aunque me taladró lo más hondo.
No son tus besos lo que me duele,
encontré sabores nuevos.

Es tu ausencia, lo sé ahora,
un dolor impalpable,
una huella letal.
Bala, revólver, humo, estruendo.
Huelo a pólvora y soledad.

Nostalgia intangible


Somos seres inútiles. La nostalgia o los celos provienen de un mismo error: no se puede poseer el tiempo...ni a las personas...ni los instantes. Si algún día llegamos a aprenderlo, seremos más libres. Mientras, la poesía necesita inspiración de nuestras cadenas.

Antes eran risas y besos.
Ahora, sólo queda el ruido
de silencios y sueños,
rotos, recuerdos huidos.

Ya no volverán.
Mas tus ojos me desarman.
Cuando sonríes,
mis pulmones hacen huelga.
No son mariposas en el estómago:
es mi corazón que se rebela.

Y un piquete para tus labios.
Que los besos que te dí
no me los robe nadie.
Que en todos estos años
sólo me enorgullezco de amarte.

Ojalá antes de la revolución
pueda confesarme:
no quiero ningún cielo
donde no pueda tocarte.
Ojalá tras las banderas rojas
lleguen los amantes,
y estrellas ya caídas,
como tú y como yo,
puedan -de nuevo- levantarse.