viernes, 3 de enero de 2014

Abajo el Régimen



El viejo, decrépito, Régimen
nos aplasta entre estruendos.
Día tras días, merman los derechos,
mientras se desoye al pueblo que gime.

Algún día, algún Lenin hoy en paro,
con máster, carrera y tres idiomas,
decretará el fin del exilio,
y venido en tren como antaño
asomará el viejo topo
para recorrer fantasmalmente Europa,
para recuperar del olvido lo andado.

Hermanas que sufrís el expolio
de vuestro cuerpo de carne y ternura,
hermanos a los que el hambre ahoga,
vuestra rebeldía está casi madura,
vuestro grito sordo no es en vano.

Avanza un puño invisible,
como el silencioso y rojo óxido avanza.
Imparables, los de abajo que sufren.
Llegará el día en que el miedo cambie de bando.

jueves, 31 de octubre de 2013

Hueca y nueva soledad.


Dolor crujiente de otoño,
como hojas caídas, pisadas.
Abismado de tu rostro
por distancia derramada.

Sobrevivo entre cenizas,
quebrados futuro y llama.
Un naufragio sin orilla,
labios besan telarañas.

Entre restos del naufragio,
¿quién me busca, quién me extraña?
No me queda más que vacío
debajo de la coraza.

lunes, 21 de octubre de 2013

La Herida.


Una bala me atravesó el pecho.
No dolía ni sangraba, pero allí se quedó.
Cuando me sacaron la bala, entendí.

Me dí cuenta de algo que
en mi interior ya sabía.
No es tu recuerdo lo que me duele,
aunque me taladró lo más hondo.
No son tus besos lo que me duele,
encontré sabores nuevos.

Es tu ausencia, lo sé ahora,
un dolor impalpable,
una huella letal.
Bala, revólver, humo, estruendo.
Huelo a pólvora y soledad.

Nostalgia intangible


Somos seres inútiles. La nostalgia o los celos provienen de un mismo error: no se puede poseer el tiempo...ni a las personas...ni los instantes. Si algún día llegamos a aprenderlo, seremos más libres. Mientras, la poesía necesita inspiración de nuestras cadenas.

Antes eran risas y besos.
Ahora, sólo queda el ruido
de silencios y sueños,
rotos, recuerdos huidos.

Ya no volverán.
Mas tus ojos me desarman.
Cuando sonríes,
mis pulmones hacen huelga.
No son mariposas en el estómago:
es mi corazón que se rebela.

Y un piquete para tus labios.
Que los besos que te dí
no me los robe nadie.
Que en todos estos años
sólo me enorgullezco de amarte.

Ojalá antes de la revolución
pueda confesarme:
no quiero ningún cielo
donde no pueda tocarte.
Ojalá tras las banderas rojas
lleguen los amantes,
y estrellas ya caídas,
como tú y como yo,
puedan -de nuevo- levantarse.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Sábanas sin Rosas.


El puño cerrado sigue alzado,
pero la mano abierta que acaricia
languidece y se marchita,
rosa roja sin savia ni rocío.

Compañeros de trinchera,
ya no conoceremos otra lucha
que la de romper el silencio
de los oprimidos de la historia.

Compañeros de trinchera,
se acabó la guerra de los cuerpos,
la danza de las lenguas,
el choque de los besos.

Compañeros de trinchera,
quisiera beberte como al mar,
pero ya sólo conozco
el salado de las lágrimas.

Compañeros de trinchera,
ya no hoyaré la línea
de fuego, de luz,
de tu vientre.

Compañeros de trinchera,
repartimos sudor y esperanza,
damos a los muchos
lo arrebatado por pocos.

Compañeros de trinchera,
tan sólo.
Trinchera de compañeros,
muchos, diversos,
altos, bajos,
hombres, mujeres,
mayores y niños.

Y sin embargo,
que revolución
más solitaria.