lunes, 17 de marzo de 2014
Un momento sin relojes.
Aire de primavera.
Ver florecer amaneceres
a tu lado.
Despertarse con el abrazo,
la suavidad de las pieles
que me recuerdan
que la vida está
para ser vivida.
Contar los minutos
que faltan para tus besos,
las chispas, los abrazos,
de este amor tierno y salvaje
que sufren en silencio
nuestras sábanas.
Silencio al mirarnos,
magia que rompe
las grises rutinas,
tu mano y mi mano,
dulces en la caricia,
duros puños cerrados
contra quien quiera
arrebatar, privatizar
nuestra dicha.
Prieto el abrazo,
como las letras
de un librillo
de poemas.
Donde el mercado
no entra,
disparamos
con goces y suspiros.
Amor, amarnos,
hasta quedarnos
sin aire y sin balas.
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