Cosa bonitas y tristes,
como un cielo azul
que de repente llora.
Lo imposible es desesperanza
para el cobarde
y agonía para el osado.
Centímetros de distancia,
un abismo.
Un rumor sordo
subo por mi garganta
y se ahoga antes de salir.
El silencio habla,
la luna se ríe,
la oscuridad sigue opaca,
y mi corazón,
translúcido y oscuro,
como una estrella muerta.
Salta, ríe, baila,
la danza sigue
mientras el cierzo
se lleva suspiros apagados.
Espejos del fracaso,
ojos dulces,
el sol saca destellos
a tu pelo,
cierro los ojos
para no ver el mudo
entendimiento.
En el patíbulo hace
buena mañana.
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