domingo, 4 de agosto de 2013

Un arma cargada de pasado


Stalin escribía poesía.
No me acuséis de defender el Gulag,
pero hay belleza en el cerco de Berlín,
en un suicidio solitario del Fuhrer,
del que quiso liderar "un Pueblo de Señores".

Mao escribía poesía.
No me acuséis de pro-chino,
pero entre la Guerra del Opio
y la Larga Marcha
media la canción de un pueblo despertando.

Neruda escribía poesía.
Ahora no me acusaréis de nada,
pero Chile vivió los versos
de la noche más triste.
Canto de muerte, nació el neoliberalismo.

Distinto perro, el mismo amo
dejó morir a Miguel Hernández en la cárcel.
Miguel Hernández escribía poesía,
cuentan que no pudieron cerrarle los ojos,
¿vio la noche del fascismo o la luz de la esperanza?

Como el anterior, Marcos Ana llevó fusil.
como el anterior, Marcos Ana escribía poesía.
más aún que el anterior, conoció la cárcel.
Pero, Marcos Ana -y tantos más- vive.
Como vive la poesía, como vive la lucha de los pueblos.


Lo que Reichmann me enseñó...


La tersura de la enamorada 

Velar frente a tu cuerpo no como frente a un espejo:
como frente a una puerta.

Noche ventral iluminada por tu cuerpo. No sé acabar las frases
que comienzas tú.

Recorro el estupor de las avenidas de tu cuerpo. Poseer es un
acto de debilidad.

Tu sexo como una boca nocturna abierta contra mi piel, por la
que inhalas y exhalas el oxígeno de los sueños.
Déjame abrazarte antes de la desecación de la noche.

Noche ventral iluminada por tu cuerpo.

Agua sólo quiero de tus labios de musgo. Luna, de tus pechos.

Tu cuerpo, vértice de existencia donde se cortan el tiempo y el
deseo. La certidumbre tangible -acariciable- de poder no olvidar.

En cuántas noches de soledad, aún por venir, podré arrebujarme
en la película de calor que hoy he robado nupcialmente a tu cuerpo.

Noche ventral iluminada por tu cuerpo.

(De "La esperanza violenta")


Amo tu cuerpo imperfecto

Ah, la mentira de los cuerpos perfectos,
la gran mentira podrida de las relaciones perfectas,
de los momentos perfectos:
los cuerpos sólo pueden ser perfectos
al precio de una traición, de un tajo
que los cercena de la verdad de la vida.

La casa perfecta no puede ser morada.

Para que exista limpieza
ha de haber una poca suciedad.

Y no se puede concebir la transparencia altísima del gozo
sino velada
por imprevisibles aguas dolorosas.

Tu cuerpo imperfecto brillante
con el aceite cotidiano del deseo

(De: Poesía desabrigada, 2001-2006)


Escribía
el poeta César Simón:

Con qué ignorancia arrulla la paloma.
Afanosamente buscan ramas y estopas
ciertos obcecados mamíferos
y con un frenesí calenturiento
que les obliga a cerrar los ojos
copulan.
Soy demasiado viejo para creer...

¿Cierran los ojos
para no ver
o para ver quizá más hondo
y hacia adentro?

El frenesí
¿siempre es extravío?

¿Son las palomas
de verdad
tan ignorantes?

¿O quizá porque amar entraña
una aceptación radical del otro
nos permite verle
como realmente es?

A Wrongo le gustaría corregir
al menos el último verso:

soy demasiado viejo
para no amar

(De "Rengo Wrongo" 2008)

"El amor no tiene edad, siempre está naciendo" (Blaise Pascal)


Encrucijada de las Estaciones


El viento se lleva las hojas
de los deseos
de los momentos
de lo que una vez fuimos.

Queda el tronco desnudo,
de una soledad inerte.
que añora
desde la raíz a la copa
la primavera de los labios.

El rocío de tu cuerpo,
húmedo,
en la mañana de tu alcoba.
Ya no volverá.

El otoño se llevó nuestros besos.