martes, 21 de enero de 2014
Mi tierra marchita
Nos creímos que levantar
viviendas y estaciones de esquí
era tan fácil como una
erección matutina.
En realidad, era igual
de inútil y solitario.
Se han cargado esta tierra
bella, de montañas y valles,
de embalses llenos
de un silencio homicida,
de risas ahogadas.
El recuerdo
es un peso de ruinas
para aquellos que emigraron,
para aquellos que hoy emigran.
Que nunca se .pierdan
los nombres y las palabras
que acumularon generaciones
que contaban inviernos
en vez de letras bancarias.
Como la aliaga, Aragón,
dame tu abrazo,
oloroso y punzante.
Que yo vigilo tu espalda
de esos terratenientes
que quieren venderte
a mercados que nunca
te oyeron tronar.
lunes, 6 de enero de 2014
Fugitivos
No quedan trincheras y apenas horizontes,
la arena no yace bajo adoquines
sino que se derrama lenta pero constante
augurando una carta firmada de despido,
del primer al último grano, tiempo de precariedad.
Cuando el viento del mercado nos hiela los huesos,
amor, cubrámonos en hermosas banderas,
no es tela sino cuerpos de hombres y mujeres,
olvidados en el tiempo, lo que nos abriga.
Quisiera poblar tu vientre de semillas
que no verán el futuro negro que presagian,
quisiera besar la tersura de tus piernas
que corrieron delante de las porras,
que volvieron a mi lado.
Ahora, amor, una revolución para dos
nos espera en tu alcoba, gozaremos
hasta que vengan a buscarnos.
Nunca pudieron esposar el goce,
ni los besos, ni el abrazo prófugo
que nos daremos mientras
llaman a la puerta.
viernes, 3 de enero de 2014
Abajo el Régimen
El viejo, decrépito,
Régimen
nos aplasta entre
estruendos.
Día tras días, merman
los derechos,
mientras se desoye al
pueblo que gime.
Algún día, algún
Lenin hoy en paro,
con máster, carrera y
tres idiomas,
decretará el fin del
exilio,
y venido en tren como
antaño
asomará el viejo topo
para recorrer
fantasmalmente Europa,
para recuperar del
olvido lo andado.
Hermanas que sufrís
el expolio
de vuestro cuerpo de
carne y ternura,
hermanos a los que el
hambre ahoga,
vuestra rebeldía está
casi madura,
vuestro grito sordo
no es en vano.
Avanza un puño
invisible,
como el silencioso y
rojo óxido avanza.
Imparables, los de
abajo que sufren.
Llegará el día en que el
miedo cambie de bando.
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